392 APUNTES lósofos, continuadores de la vieja tradición aristocrática que suponía a un estadista familiarizado con los más elevados pensamientos de la raza humana, y no meramente con libros legales o de comercio, o compraventas mercantiles. Cuéntase que discutiendo dos miembros de la Cámara de los Comunes por qué Mr. Gladstone, comparado con algunos de sus colegas que a menudo estaban mejor informados que él sobre el asunto que se discutía, parecía ele.
varse sobre ellos por una especie de majestad mental, uno de ellos dijo: El hecho es que Mr. Gladstone dedica sus ocios a leer a Homero y a Platón, y al Dante y la Biblia, mientras que los otros leen informes, estadisticas, o inutilidades parecidas. Los informes les proporcionaron los hechos que deseaban conocer lo cual era útil. pero terminaron siendo su único bagaje mental. Mr. Gladstone podía obtener los hechos y estadísticas cuando los necesitase, pero como caudal fijo prefería tener consigo los pensa.
mientos de los grandes poetas, santos y filósofos. cuando hablaba, ese tesoro daba color a su lenguaje; cuando afrontaba un problema político, era desde ese fondo de principios.
Este humanismo es una vieja tradición inglesa.
Un pensamiento que sorprendemos con frecuencia en Burke, el gran filósofo del movimiento liberal en el siglo XVIII, es que al tomar un estadista sus decisiones no debe considerar como serán juzgadas.