386 APUNTES No es despreciable el valor terapéutico del hipnotismo, como decía Charcot. Al contrario, es consi.
derable si lo utilizan médicos competentes, de mente lúcida y manos limpias, y en posesión de la técnica, bastante complicada. Las estadísticas de millares de casos bien comprobados aseveran esto sin discusión.
En cuanto a mi, que nunca he sido lo que se llama un hipnotizador, sino un especialista de enfermedadades nerviosas obligado a usar esta arma cuando son inútiles otros remedios, he obtenido con frecuencia resultados maravillosos de ese mal comprendido método de curación. Trastornos mentales de varias clases, con o sin pérdida de voluntad; alcoholismo, morfinomania, cocainomanía, pueden curarse muy a menudo por ese medio.
La inversión sexual es mas difícil de vencer.
En muchos, si no en la mayoría de los casos, no puede considerarse como una enfermedad, sino como una desviación del instinto sexual, natural en ciertos individuos en quienes una intervención enérgica suele producir más mal que bien. Cómo debieran intervenir nuestras leyes sociales, es cuestión muy compli.
cada que no pienso discutir aquí. Cierto que la actual fórmula de la ley se basa en una equívoca y desagradable situación que tiene entre nosotros esa numerosa clase de personas.
14 Los dioses venden todas las cosas a un justo