APUNTES 377 pertar su imaginación. Un hombre no puede enamorarse de una mujer si ésta no despierta su sexual instinto, que, contrariamente a la intención de la Na.
turaleza, en el hombre moderno sobrevive a su virilidad. Por eso no tiene ningún límite de edad para enamorarse. Richelieu era irresistible a los ochenta años, cuando apenas podía tenerse en pie, y Goethe tenía setenta cuando perdió la cabeza por Ulrica von Levetzow.
El amor es de corta duración, como una flor.
En el hombre muere de muerte natural con el ma.
trimonio; en la mujer sobrevive, si no hasta el fin, transformado en puro cariño materno por el caído héroe de siis sueños. Las mujeres no pueden comprender que el hombre sea poligamo. Se somete a nuestro reciente código de moral social, pero su irreductible instinto está sólo adormecido. Sigue siendo el mismo animal, tal como el Creador lo hizo, dispuesto a todo, sin inútiles intervalos de reposo!
Las mujeres no son menos inteligentes que los hombres; comúnmente, quizá lo son más. Pero su inteligencia es distinta. Indiscutiblemente, el peso del cerebro del hombre es superior al de la mujer. Las circunvoluciones cerebrales, ya visibles en el recién nacido, son por completo diversas en los dos cerebros. Las diferencias anatómicas se hacen aún más evidentes cuardo se compara el lóbulo occipital; pre.
cisamente, a la pseudo: trofia de este lóbulo en el ce.