APUNTES 373 mejor con aquellos pobres italianos que con mis com.
patriotas, con quienes se hacía difícil tratar, porque nunca estaban contentos y siempre se mostraban exi.
gentes y egoístas. En cambio, los italianos, que no habian traído de su país más que sus pocos bienes, la interminable paciencia, la alegría y los amables modales, siempre quedaban satisfechos y agradecidos, y se ayudaban entre si de un modo extraordinario.
mo era Ultimamente, las relaciones entre Norstrom y yo variaron bastante. Cada vez me llamaba más a consulta para sus enfermos; demasiado. Aquella mis.
ma tarde había visto morir a uno inopinadamente: una verdadera desgracia para Norstrom, porque el enferuno de los más conocidos miembros de la colonia. Norstrom se turbó bastante. Lo llevé a cenar al Café de la Régence, para animarlo un poco. Quisiera que me explicases el secreto de tu, éxito y de mi derrota dijo Norstrom, mirándome turbiamente a través de la botella de Saint Julien. Es, sobre todo, cuestión de forma le dije.
Hay también una diversidad de temperamento entre tú y yo, que me facilita agarrar la fortuna por los cabellos mientras tú la dejas huir, quedándote impasible con las manos en los bolsillos. Estoy seguro de que conoces mejor que yo el cuerpo humano, tanto sano como enfermo; pero, aunque me doblas la edad yo conozco mejor la mentalidad humana. Por qué