APUNTES 333 Giralt, y mi encarcelamiento y expulsión por simples presunciones y bajo el ridículo pretexto de demandarlo así la paz de la República. Ahí está también el atropellamiento del Municipio de Cartago por haber tratado de impedir que el erario de la provinsia cayese en las garras de Bernardo Soto. Ahí tenéis en fin, el ultraje inferido a don Florencio Castro por haberse atrevido a interpretar la opinión pública que unánimemente protesta contra la permanencia de Santiago de la Guardia en el Ministerio de la Guerra. qué razones puede alegar Soto para sostener en ese puesto a un forastero oscuro, anteponiéndolo al Dr. Castro, a don Julián Volio, a don Jesús Jiménez, a don Francisco Iglesias, a don José Rodríguez, Lo que recuerdo del hecho aludido, ya que no he podido encontrar ninguna publicación oficial sobre el particular, es que la Municipalidad del cantón de Cartago expresó su oposición a cierta medida dictada por el Ejecutivo, siendo Secretario de Gobernación el Dr, don Carlos Durán, y la cual tenía por fin reconcentrar los fondos municipales en una sola tesorería o establecimiento bancario; y que en esta ciudad se supo que se había dado de alta o llamado al servicio activo de las armas, a las personas que intervinieran en el asunto como munícipes, para alejarlas de la ciudad de Cartago, enviándolas a otros lugares. Ignoro si se llevó a cabo el confinamiento.
Lo cierto es que se causó escándalo, no obstante ser cosa corriente y moliente esa forma de castigo o lo que fuera. El procedimiento se usaba cuando no se quería recurrir a la suspersión de las garantias individuales. En tiempo del gobierno del Lic. don José Rodríguez se mantuvo arrestado en un cuartel al joven don Eduardo Calderón, por tiempo indefinido, a título de servicio como soldado, por atri