APUNTES 327 paseo. Eran las señoras de la distinguida Comisión ausiliar de la Junta de Educación Común, las iniciadoras autoras de aquella reunión tan bella tan espléndida, que invitadas acompañadas por dignos caballeros, inauguraban, si así podemos decir, el baile, hacían la primera etapa de aquella noche de dulcē sublime espansión social. Las señoras de la Comisión vestían con la seria elegancia propia de su rango estaban majestuosas. La señora Presidenta, doña Celina de Brealey, llevaba un riquísimo vestido de seda color oro, primorosamente adornado de rejia cola. Su talle esbelto, el aire la compostura de sus modales finísimos, le daban naturalmente sin afectación alguna, una majestad agradable y altamente distinguida. Sus demás compañeras no estaban menos elegantes. Antes, por el contrario, cada una de ellas contribuía con su noble grata presencia a dar mayor realce a la esplendidez bellísima del gran conjunto.
Terminado el paseo, a las 30 más o menos, la orquestá, hábilmente dirijida por el maestro don Mateo Fournier, atronó dulcemente el aire anunciando la primer cuadrilla, el primer baile. Un instante des.
pués, un inmenso cuadro de más de sesenta parejas estaba simétricamente formado, empezó la primera figura.
Por lo visto, el baile de 1886, fue de los que for man época, casi como si se tratara del primer gran