321 APUNTES un sencillez pulcra graciosa con que el arte sabe com.
binar la belleza el encanto con todas las exijencias del buen tono social.
Hemos dicho que el procenio podía estimarse como un segundo salón, era cierto, Nada lo dividía de la platea sino una pequeña grada de tres descansos, exijida por la diferencia en el nivel de los pisos. Lo dividía también, hasta cierto punto, la majestuosa elegante portada del telón, la cual ofrecía un aspecto de primoroso gusto, embellecido por trofeo de banderas nacionales suspendido en el centro de la parte superior. El piso del procenio se veía también tapizado como el de la platea dominando a ésta, Sofaes, sillas y mesas diestramente colocadas a su costado su frente, lo hacían un sitio de solaz a la par que de descanso, que en aquella noche hacía delicioso la fascinadora perspectiva del gran salón in.
vadido por ochenta o cien parejas que se ajitaban fantásticamente a un tiempo, bajo la mirada de centena.
res de ánjeles que espectaban dulcemente desde todos los palcos, a los reflejos de una iluminación clarísima.
El primero segundo orden de palcos, convertido, como ya lo hemos dicho, en verdaderos doseles de primoroso aspecto, estaban amueblados con las sillas suficientes, En los de primer orden se veían pequeñas mesas destinadas a la cena. La digna Comisión de Señoras tenía su palco en este orden, a la