APUNTES 321 en mira, principalmente, ir preparándose para la anunciada exposición universal que habría de celebrarse en París en 1889. Mas, se fustró este intento.
Ni siquiera hubo exposición nacional en 1887 y 1888.
Sabido es el pobrísimo y aun ridículo papel que hizo Costa Rica en la Exposición Universal de París. En un pabelloncito de hierro conseguido a última hora, colocaron lo que pudieron, cuatro cosas llevadas sabe Dios de dónde, entre ellas diz que una piel de culebra rellena de paja y unas alforjas de cabuya; y eso constituyó el Pabellón de Costa Rica. Los estudiantes costarricenses que vivían en París, mi her: mano Elías y otros, procuraban no acercarse al tal pabellón para no oir las risotadas y burlas que provocaba. Por cierto que se trajo el pequeño edificio y por un tiempo lo tuvieron allá en el confín del Oeste de esta ciudad, en la plaza de San Francisco de la Sabana. Los muchachos y el viento fueron desmantelándolo, y por fin desapareció. Dos de las figuras metálicas que lo adornaban se ven a la entrada de la Escuela de Artes y Oficios. antiguos talleres de Obras Públicas. Entiendo que de la exposición de 1886 nació la idea de fundar el Museo Na.
cional a que se refiere el acuerdo dictado por el Ejecutivo, número 69 de de mayo de 1887, de la Secretaría de Fomento, y creo que no pocos de los objetos exhibidos pasaron a ser guardados en ese museo: Intencionadamente he dejado lo relativo al baile