314 APUNTES Como espíritu tan sólo destructivo, no supo Farel sino crear el vacio antes de lo nuevo, pues nunca podrá un revolucionario callejero edificar nada espiritualmente. Con la devastación termina su obra; para la reedificación debe venir otro, Los contemporáneos son siempre los que menos conocen su tiempo. Los momentos más trascendentales pasan inadvertidos ante su vista, y las crónicas casi nunca relatan en forma debida las horas verda.
deramente decisivas.
Por lo general transcurre largo tiempo antes de que un pueblo se dé cuenta de que las ventajas temporales de una dictadura, su férrea disciplina y su mayor empuje colectivo, se pagan siempre a costa de los derechos individuales del hombre aislado, y que toda nueva ley se da a costa de una antigua libertad. También en Ginebra se va comprendiendo esto poco a poco.
Siempre será y valga como ejemplo Robespierre el asceta, el tipo más peligroso del déspota.
El individuo que en persona no convive completa y alegremente lo humano, que nada tiene que perdonarse, será siempre desconsiderado con los demás.
Desde un principio, la moral puritana de Cal.