310 APUNTES tolerancia (muy anterior a Locke, Hume, Voltaire y otros prohombres) proclama de una vez para sien pre que el derecho se basa en la libertad de consciencia, entonces Castellio se juega la vida en àras de sus convicciones. No, no se trata de comparar la pro.
testa de Castellio contra el asesinato judicial de Miguel Servet, con las mil veces más famosas protestas de Voltaire en el caso Calas, y de Zola en el proceso Dreyfus. Tales paralelos no alcanzan la altura moral de su obra. Voltaire, al emprender la lucha a favor de Calas, vive en un siglo ya más humanitario; además, poeta de fama mundial, se encuentra resguardado por reyes y principes; y así también a retaguardia de Emile Zola se concentra, cual ejército invisible, la admiración de toda Europa, de todo el mundo. Ambos, al prestar su apoyo, ponen en juego importante, parte de su reputación y comodidad pero no y es esta la diferencia decisiva. su propia vida, como se la jugó Sebastián Castellio, quien en su lucha en defensa de la humanidad, tuvo que sufrir todo el potente y mortifero embate de un siglo inhumano.
Sebastián Castellio pagó caro, hasta el extremo de agotar sus fuerzas, el precio de su egoísmo moral.
Conmueve saber cómo este heraldo del poder sin abusos, que no quiso servirse de más armas que las espirituales, fue sacrificado por el poder brutal y abusivo. Cuán cierto es el hecho, siempre reper