308 APUNTES seminario de moral! Con trágica clarividencia reconocen aquellos hombres sabios y humanos la des.
ventura que todo déspota furibundo acarrearía a Europa, y presienten el entrechocar de armas, tras del palabrerío violento, y adivinan en aquel odio ună tremenda guerra por venir. Pero, aun conociendo la verdad, esos humanistas no se atrevieron a com batir por ella. Casi siempre aparecen cambiados los papeles. Los hombres esclarecidos no son los que actúan, y los que actúan no son esclarecidos. Todos estos humanistas, trágicos y tristes, se escriben entre si artísticas cartas sentimentales, se quejan en sus herméticos cuartos de estudio, pero ninguno se adelanta a oponerse al Anticristo. Una que otra vez se atreve Erasmo a lanzar algunas saetàs desde la sombra; Rabelais esgrime riente la fusta, disfrazándose con vestimenta de loco; Montaigne, ese noble y sabio filósofo, encuentra en sus Essais palabras elocuentísimas; pero ninguno de ellos intenta intervenir seriamente para impedir siquiera una de las infames persecuciones y ejecuciones. Reconocen estos humanistas, que por lo demás son precavidos, que con los locos no hay que trabar pendencia; en tales tiempos vale más esconderse en la sombra, pues de lo contrario se corre el peligro de ser preso y ejecutado.
Pero Castellio y esta es su gloria imperecedera. como el único de todos estos humanistas,