298 APUNTES un nal que rodea al favorecido de la fortuna es diferente; pero en sustancia y último análisis, llámese el gobernante Juan o Pedro, sea su nariz roma o aguileña, vista levita y sombrero de copa o atavíese con redingote militar y tricornio o kepis, el Gobierno es idéntico, gobierno de uno solo, monarquía pura, Naturalmente que el monarca es bueno o malo, según sean su temperamento e instintos, o según lo obliguen a ser las circuns.
tancias; por ratos tenemos un San Luis o Carlos III, por ratos un Luis XV o un Fernando VII. Hasta cuándo durará este modo de ser nuéstro. Hasta cuándo mantendremos este régimen absoluto disfrazado de república democrática. Cuándo lograremos implantar en nuestras costumbres políticas la libertad verdadera, aunque soltemos las chilindradas aparatosas con que hoy nos avenimos tan resignadamente?
No es cosa fácil predecir cuántos años necesitará el país para alcanzar una evolución tan completa; pero ella vendrá, así lo esperamos, cuando una educación apropiada transforme los anhelos hábitos de nuestro pueblo; cuando éste se interese de modo cierto en el manejo de la cosa pública; cuando llegue a comprender que peor que una carestía y que más detestable que la pérdida de una cosecha es, mil veces, consei tir un abuso o un atropello del gobernante, y que es preferible con mucho para el ciudadano