APUNTES 283 hablar. Así venimos desde tiempo inmemorial, con la agravante hoy de que se toma como pro.
fesores de inglés, de alemán o de francés, a sujetos que no son ingleses ni franceses ni alemanes, Oyendo hablar con claridad, impresionados su oído, su vista, todos sus sentidos, aprende el niño a hablar, a leer, a escribir, y aprende tanto más fácilmente cuanto mejor desarrollada esté su inteligencia.
La lora aprende a hablar, pero lo hace, más que todo, mecánicamente. El hombre habla inteligentemente. Con la inteligencia le basta. Le sobra la gramática.
Un día de estos llegó a una botica un niño de cinco años y preguntó al vendedor. Así como hay medicinas para engordar, no hay para endel.
gadecer?
Pensaba sin duda en la madre, que padece de obesidad, y habló como hombre, no como lora, e inventó correctamente un verbo que jamás había oído y sin saber qué es lo que llaman verbo los profesores que no han inventado ninguno.
Había oído sí decir rico y enriquecer, flaco y enflaquecer, sordo y ensordecer, etc.
El boticario, que tiene más afición a las lenguas que a la farmacia, respondió al niño. Para adelgazar no se necesitan medicinas. Dígamele a su mamá que deseo hablar con ella. Es casi seguro que el niño ha seguido diciendo adelgazar en vez de endelgadecer, en vir