270 APUNTES elevarse a las concepciones más grandiosas y atrevidas, no metafísicas y no retóricas (Lombroso. Quien haya asistido a debates parlamentarios o leído sus manifiestos, habrá notado como los abo.
gados, aparte los verdaderamente grandes, son ruines, se pierden en divagaciones y sofismas que huelen a práctica de lucha judicial.
abogado que por quince o veinte años ha pasado mañana y tarde entre papeles legales, clientes y colegas, pleiteando ante jueces, respirando el aire de cancillerías, consultando como su biblia volúmenes de jurisprudencia, difícilmente afrontará con criterio amplio un problema social y difícilmente comprenderá una nueva doctrina que se emancipe de las trabas de lo viejo y de lo convencional. La cantidad misma de cuestiones disformes acerca de las cuales debe diariamente el abogado exponer su parecer, si adiestra de cierto modo el ingenio, habitúa a la superficialidad y distrae de las indagaciones cuidadosas y profundas.
Mientras el ejercicio profesional conduce a las consecuencias que he trazado, las condiciones propicias a este ejercicio mismo no parece que consistan en la subsistencia de un ingenio alto y potente.
Hay ¿quién lo negaría? hombres de ingenio privilegiado, multilateral, gallardo, que se han