260 APUNTES de demostrar que los libros habían sido regala.
dos para la Biblioteca hacía como tres años. Se comprende el enojo del iracundo Subsecretario.
Este último incidente no ocurrió en 1887, sino en 1888, cuando el Gobierno parecía deseoso de pretextos para reñir con la Universidad y acalorarse a fin de no tener que matarla a sangre fría.
En setiembre se habló de la propuesta de compra del edificio de la Universidad hecha por el Gobierno, el cual ya no disimulaba su deseo de adquirirlo a todo trance. Así se le quitaba importancia a la Universidad y se conseguía indirectamente la extinción de ella, pues las corporaciones, como los individuos, tienen necesidad de asiento fijo, hasta para infundir respeto. Ignoro los detalles del caso. Sí puedo afirmar con certeza que la noticia me pareció un mal síntoma, como los hechos posteriores lo probaron. pesar de todo me empeñé en que se hiciera otro pedido de libros y la Directiva así lo dispuso. En la elección de las obras, me ayu.
daron bondadosamente los estudiantes don Antonio Zelaya y don Octavio Quesada. Del pedido se encargó la sociedad comisionista «Luján y Mata. en octubre. Los libros vinieron algunos meses después.
Además continué esforzándome por atraer a los lectores. Con tal objeto logré que algunos periodistas visitaran la Biblioteca y publicaran sus impresiones respecto a ella. El conocido es