APUNTES 257 siquiera una ligera idea de su contenido. Esto me sirvió para responder a las preguntas que me hicieran los concurrentes, especialmente los niños. propósito de consultas, me acuerdo de que fui propagandista de ciertas obras, pues cuando con toda confianza me manifestaban los concurrentes que deseaban leer algo bonito, es decir, que no fuera científico o clásico, les indicaba alguna de las novelas de Pérez Galdós; por ejemplo, los primeros Episodios Nacionales, a los muchachos; Gloria, Doña Perfecta, Marianela, La Familia de León Roch, etc. a los mayores. Así se despertaba en algunos la afición a la lectura, y de las novelas, poquísimas y escogidas, pasaban los lectores a la historia, etc.
Combatí las malas prácticas de algunos lectores y paulatinamente fui habituando a todos al orden en los términos más suaves.
La mejora del alumbrado, que era muy deficiente, se verificó en abril del expresado año.
En ello intervino con buena voluntad el Vo.
cal Lic. don Máximo Fernández, comisionado al efecto por la Directiva.
Se dotó en seguida la Biblioteca de un sirviente especial, pues el conserje no era capaz de hacer lo que requería el adelanto de la Bi.
blioteca. Las lámparas que se usaban, de petróleo, exigían vigilancia constante y aseo cuidadoso. lo mejor estallaban los tubos por defecto del mecanismo o por causa de una ráfaga de aire,