248 APUNTES se aunaban la dignidad y la consciencia; el gobierno que predicaba era en el concepto de Lowell la forma ideal de gobierno, el mando de caballeros temerosos de Dios que se esforzaban en cumplir fielmente su deber de custodios del bien público y que gobernaban porque eran los más dignos de gobernar. En aquel mundo ningún otro norteamericano de esa época hubiera podido entrar con mayor congenialidad que Lowell; y si la congenialidad con el país a que se acredita es uno de los requisitos principales de un embajador, el presidente Hayes no se equivocó al enviar a Lowell a la corte de Saint James. No hay duda de que Lowell era representante distinguido de la cultura brahmina; mas no es tan indudable que fuese representante de las realidades sólidas de los Estados Unidos. El presente y el porvenir pueden considerarse como rivales, y quien solicite los favores del uno no ha de esperar sino los desdenes del otro.