APUNTES 225 con un gobierno que le exigía que se sometiese, quisiéralo o no, a los actos y disposiciones gubernamentales. Esto despertó en él la idea de hacer un estudio concienzudo de las teorías relativas a las relaciones que existen entre el individuo el Estado.
Thoreau no era aficionado a la política, y se ocupaba poco en las ciencias políticas. De buena gana prescindiría del Gobierno si el Gobierno prescindía de él y no se metía en sus asuntos; aun estaba dispuesto a disculpar al Gobierno. Mas, a pesar de esto, con su consciencia no quería entrar en componendas y concesiones; y cuando el Gobierno aplicó el principio de la coacción, él aplicó el principio defensivo y ofensivo de la resistencia pasiva. Fue cuando estaba domiciliado en su cabaña de Walden cuando la mano de la ley lo aprehendió y lo metió en la cárcel de Concord. El fue calmadamente con el alguacil, pero en su corazón se despertaron una repugnancia y un desprecio peligrosos. Le parecía absurdo que un ciudadano no pudiese ir al zapatero por un par de zapatos remendados sin que fuese a estorbarlo otro ciudadano investido de la dignidad de alguacil. Con sonrisa de burla contempló al alguacil, al magistrado del tribunal y todo el complicado mecanismo de la ley, y pensó cuán tontos eran sus semejantes, que habían vendido la libertad por estas farsas hipócritas. Los que sacaban algún provecho de ta