APUNTES 223 ciación, es el edificio más feo de él, porque es aquel en que la naturaleza humana se degrada más y se deshonra más. En verdad, templos como éstos cesarán antes de mucho tiempo de afear el paisaje. En realidad, hoy en día no hay impiedad tan grande como la que reza y guarda el domingo y reeditica las iglesias. La libertad con abstinencia le parecía preferible a la servidumbre con bienestar material, porque en aquella no se hace más que abandonar bienes menores para alcanzar bienes mayores, que es lo que el filósofo debe hacer. El ser filósofo no es únicamente tener pensamientos profundos, ni aun fundar escuela, sino amar la sabiduría hasta el punto de vivir, siguiendo sus preceptos, una vida sencilla, independiente, magnánima y confiada. Es resolver algunos de los problemas de la vida, no sólo teóricamente, sino también prácticamente. Cuando el filósofo ha obtenido las cosas que son necesarias para la vida, puede hacer otra cosa que dedicarse a obtener superfluidades, y es lanzarse en busca de la verdadera vida, libre ya del humilde trabajo preliminar. Las doctrinas de Thoreau eran la respuesta del ultraindividualista a las complejidades tiranicas de la sociedad, y le dieron puesto especial aun en el mundo del trascendentalismo.