220 APUNTES nal emplear las facultades que Dios le ha dado y vivir en regiones elevadas, sin esclavizarse en las bajas, de suerte que antes de morir pueda decir con verdad: He vivido. Me fuí al monte dice porque deseaba vivir deliberadamente, atender sólo a los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que ella enseñara, a fin de que, llegada la hora de mi muerte, no tuviese que reconocer que no había vivido. No quería vivir lo que no es vida, pues la vida es muy preciosa; ni quería practicar la resignación, a no ser que fuese absolutamente necesario. Quería vivir con plenitud y extraer todo el jugo a la vida; vivir bastante vigorosa y espartanamente para vencer todo lo que no fuese vida, guadañar hasta la raíz y ver la cepa, acorralar la vida y reducirla a su más simple expresión, y, si descubría que era cosa ruin, escudriñar toda su ruindad y pregonarla al mundo; o si era sublime, conocer su sublimidad por experiencia propia y poder hacer de ella un relato verdadero en mi próxima excursión. Si tú saludas el día y la noche con alegría, y tu vida emite fragancia como las flores y hierbas aromáticas, y es más elástica, más lu.
minosa y más inmortal. hé ahí tu buen éxito.
Toda la naturaleza te congratula, y razón tienes para bendecirte en todo momento. La verda