APUNTES 219 no ro os, ai.
do to da se mue la re no de te PnY durante su vida entera Thoreau observó esa conducta serena y consecuentemente. Para este heredero de la sabiduría de los antiguos, el domingo no difería de los otros días de la semana, y al seguir en su vida diaria los preceptos de los grandes moralistas de antaño, se destacó como ultrarrebelde de su grupo, el más singular e individual de los «medio locos» del movimiento trascendentalista, imposible de clasificar por medio de adjetivos. Escapa de toda frase ideada para aprisionarlo circunscribiéndolo.
Emerson, con su dón característico de inventar expresiones enigmáticas, lo llama «un solteron de la naturaleza. Ellery Channing, que lo conoció íntimamente, lo llama «naturalista poeta. Su vida parece haber sido un experimento perseve.
rante acerca de valores relativos. El era filósofo del aire libre, que conservaba despejado el espíritu y robustos los nervios por contacto diario con el sol, la lluvia y el viento; místico que escudriñaba con ojo avizor y curioso el significado de la naturaleza y se había familiarizado con las ideas helénicas y orientales; yanqui experto en varios oficios manuales; hombre que quería de mostrar por sí mismo cuáles cosas eran buenas y cuáles malas, sin fiarse de lo que oía decir; y parece que en lo que principalmente se ocupaba era en la vida, tratando de hallar el modo como Henry Thoreau podía vivirla más cuerdamente, o, en general, como puede un sér racioDo Ora se nnan an