APUNTES 213 Un pensamiento que no envejece Yo os quiero confesar, don Juan, primero, que aquel blanco y carmín de doña Elvira, no tiene de ella más, si bien se mira, que el haberle costado su dinero, Pero también que confeséis vos quiero, que es tánta la beldad de su mentira, que en vano a competir con ella aspira belleza igual de rostro verdadero.
Mas ¿qué mucho que yo perdido ande por un engaño tal, pues que sabemos que nos engaña así naturaleza?
Porque este cielo azul que todos vemos ni es cielo, ni es azul. Lástima grande que no sea verdad tanta belleza!
LUPERCIO DE ARGENSOLA (1563 1613)