210 APUNTES Anecdotario de Julio Vives Guerra No hacer mercado Don Simón López fue un honorable caba.
llero que, por sus virtudes públicas y privadas, se ganó el cariño y la admiración de cuantos lo conocieron y trataron. sus muchas prendas de caballero unía el señor López un gran talento, una vasta ilustración, un agudo ingenio y una pasmosa facilidad para las improvisaciones.
Era don Simón en su hogar un verdadero patriarca, sí por la entereza y afabilidad con que dirigía a sus hijos, sí por el gran número de éstos, que eran muchos y todos ellos dignos herederos de las virtudes de su hidalgo padre, uno de sus hijos, cuando tenía unos seis años, le dio el naipe por la pintura y se pasaba dibujando monigotes en toda superficie plana, ya fuese una pared, ya un ladrillo, ya el pavimento de los corredores, ya el entarimado de las salas.
En fin que, como decía don Simón, tenía que irse a vivir a los potreros, porque era posible que su Van Dyck en agraz no pintara sobre la yerba.
El Leonardo de Vinci en potencia pintaba monigotes, pero tenía la precaución de acomodarle a cada uno de ellos el nombre que le venía en talante, perfectamente claro. Este es mi