196 APUNTES pues Morazán estaba ya vencido, aunque a costa de muchas vidas.
En vano se ha tratado, fuera de Costa Rica, por espíritu de bandería, de desfigurar los hechos ocurridos aquí y talvez ignorados por allá, y se ha querido ver en ellos la mano del partido obscurantista. los costarricenses nos tienen sin cui dado los juicios falsos y parciales que a propósito del asunto se han formado, pues sabemos a qué atenernos; que la relación de los sucesos la hemos oído de labios de nuestros padres y abuelos, no de los de oradores políticos.
En Costa Rica nadie se desvivía por lo que podemos llamar los ideales de Morazan; había sí entre los hombres públicos, enemigos acérrimos de Carrillo el competidor temido siempre, por sus virtudes, su ilustración, ideas avanzadas y prestigio evidente y adversarios del régimen semi monárquico por el establecido, franca y lealmente, no para enriquecerse y deleitarse con la tiranía, sino de buena fe, por una aberración, si se quiere calificar así, llevado del deseo de inculcar en este pueblo hábitos de orden y tra.
bajo y de impulsarlo por la vía del progreso, tarea en la cual colaboraron hombres como él, honrados y distinguidos, no mezquinos intrigantes.
Esos contrarios de Carrillo atrajeron a Morazán, sacaron con él la brasa y lo rodearon para gobernar en su nombre. Morazán les dejó hacer, antes que todo, ensañarse hasta contra las cosas