186 APUNTES dola hacia su ruina. Cuando se promulgó la ley sobre los esclavos fugitivos, escribió. Esta ley asquerosa fue hecha en el siglo diecinueve por gente que sabía leer y escribir. Por Dios, que no la obedeceré. Pero al fin siempre era arrastrado a la contienda, en la cual nadie hablaba con mayor cordura ni con mayor valor que él a una generación negligente. Nunca cejó, nunca aceptó la componenda. El profeta de lo ideal hizo frente a la realidad y dijo la verdad acerca de ella, serenamente y con clarividencia. Sus héroes no eran los héroes del mundo financiero. Para ellos grandes norteamericanos de su tiempo eran: Horace Greeley, Theodore Parker, Horace Mann, Henry Ward Beecher, y no Everett, Webster, Clay y Calhoun. Amigo de la civilización, no tenía más partido que el de lo ideal; el partido de la justicia, de la verdad, de la rectitud. Yanqui y puritano, se había desprendido de cuanto el yanqui tenía de ruin y de egoísta, y el puri.
tano de duro y reaccionario. Alma libre, fue la culminación de dos siglos de aspiración espiri.
tual, el fruto maduro de la semilla que sembraron Roger Williams y Jonathan Edwards. Continuará)