APUNTES 179 intelectual asequible, y lo que conseguía, junto con lo que sus propias meditaciones agregaban, lo depositaba cuidadosamente como fondo de que pudiese servirse cuando lo necesitase. En su vida intelectual no había irrupciones ociosas, ni aglomeración desordenada de materiales; pero tampoco desperdiciaba nada, y con esmero conservaba aun los retazos de sus meditaciones, que a veces podrían servirle a falta de otros elementos. Por fortuna, el paño era de buena calidad, y resistió mucho cosido y descosido y muchas hechuras y rehechuras antes que Emerson lo redujese a un traje de su gusto. De esta disciplina de muchos años le vino su maestría extraordinaria en la formación de frases sentenciosas, dichos brillantes que en pocas palabras encierran grandes pensamientos.
La ley de las cosas materiales no es ley para la inteligencia; el hombre pierde su puesto de rey si reconoce soberanías inferiores a la soberanía de su propio sér. Las leyes y constituciones y gobiernos, las escuelas e iglesias, los bancos y el comercio la suma coercitiva de las instituciones y costumbres: estas cosas no importan; son idolos de pies de arcilla que los ciegos adoran. La verdadera divinidad habita en otra parte en el alma del hombre; y esa divinidad debe gobernar el mundo, y no ser gober nada por él. La apoteosis del individualismo Selle Tairección BIBLIOTE