APUNTES 177 Hablando de Harriet Beecher Stowe, autora de «La Cabaña del Tío Tom. Hija de un sacerdote, esposa de un sacerdote, madre y hermana de sacerdotes, vivió toda su vida en una atmósfera de religión. Fue bautizada con credos, y la lengua vernácula de su niñez fue el lenguaje de los sermones.
La señora de Stowe era escritora, pero nunca estudió las reglas ni los primores del oficio; nunca aprendió a dominar sus impulsos literarios ni a pulir su frase, sino que daba rienda suelta a su pluma, movida por sus emociones no más. Su instinto creador era intenso y fecundo, pero le faltaba por completo la facultad de la crítica. pesar de sus ricas dotes, en su obra ha tenido la suerte que corren cuantos olvidan que sólo la belleza perdura después que la emoción se enfría.
Hablando de Ralph Waldo Emerson: Debía ser pensador, y como tal, citar ante el tribunal de una filosofía noble las normas corrientes del valor moral y de la conducta. Era necesario no perdonar ni aun a los hombres de mayor reputación; el debía «expedir un quo warranto y derogar los decretos de la fama. desechando el fallo de los periódicos y las aclamaciones de los electores.