166 APUNTES nes estrechas y la adopción de la mediocridad como modelo de perfección, bajo la doble influencia de la ignorancia, que inevitablemente nace de la falta de guías superiores, y de la tendencia irresistible hacia la mediocridad en una nación donde la inteligencia del común de las gentes gobierna de manera tan imperiosa.
Mientras los whigs y los demócratas profesaban ruidosamente su adhesión a la nueva doctrina del gobierno de la mayoría, Cooper volvía a los principios del siglo dieciocho y sostenía que la esencia del buen gobierno está en la moderación.
Por sobre toda mayoría y toda minoría está el principio eterno de la justicia, declaraba Cooper, y todo gobierno que viola ese principio es un mal gobierno, sea cual fuere la sanción que tenga. En una república que tontamente cree que el único criterio de lo bueno es la voz del pueblo, el problema de la justicia es peculiarmente difícil, pues ¿qué remedio puede haber en casos «en que el pueblo mismo, como un todo, yerre. Del propio Fenimore Cooper: Dios libre a la nación donde exista la autonomía, en su sentido literal. Cuando un pueblo a quien la experiencia ha aleccionado debidamente escoge sus agentes, y con serenidad se