164 APUNTES que era su deber ayudar a echar del mercado a la traición y ser consejero fiel y sincero, aunque tuviese que decir verdades amargas. Su misma fidelidad a la república ideal a que aspiraba fue lo que lo puso de punta con sus contemporáneos le causó tántas desazones en los últimos años de su vida.
Cooper llegó tarde a sus convicciones políticas razonadas, así como a su arte literario, y es imposible describir las varias etapas de su desarrollo intelectual; mas es evidente que, por mucha confusión que haya habido en sus ideas y por muchas preocupaciones estrechas que las hayan viciado, él siempre buscó la luz, y la causa fundamental de su descontento fue su convicción, cada día más profunda, de que, como decía Franklin, los asuntos de este mundo están absurdamente manejados.
Positivista en sus largas meditaciones acerca de los males políticos y sociales, en sus sentimientos era idealista que se preocupaba sumamente por la justicia entre los hombres, con un amor romántico de las virtudes de tiempos pasados. Como Adams, comprendía muy bien que la igualdad, es un sueño utópico; que las divisiones de clase existen en toda sociedad donde se acumula la propiedad individual, y que a la larga la soberanía caerá en manos de aquellos que dominen el sistema económico social.