APUNTES 141 país, de grado en grado, hasta descubrir al enemigo.
bAquí concluyo. Señor padre de familia, señor maestro de escuela: respeten tanto como les sea posible, las individualidades de sus niños.
Con mayor frecuencia de lo que Uds. se imaginan, están ellos en lo justo y Uds. en el error.
No les hagan comer lo que les hace daño, si ellos lo sostienen así. No los saquen a paseo si ellos aseguran que el calor (o el frío) les cae mal.
sov continuo e.
vonvoldo Aunque sé lo difícil que resulta acercarse a una persona cuyo espíritu se halla atormentado por la vergüenza de la derrota o la humillación, un episodio de mis años juveniles me ha enseñado a no vacilar jamás, a obedecer inmediatamente al primer impulso compasivo que nos mueve a socorrer a alguien.
Porque la palabra o la obra misericordiosa, para que den fruto, han de pronunciarse o de ejecutarse en el preciso instante en que son más necesarias. Cuánto daño hace, en muchas ocasiones, esa falta de resolución que nos deja mudos cuando más urge que digamos una palabra oportuna!
STEFAN ZWEIG