94 AFUNTES cipio doctrinal: los crean los individuos por obra y virtud de su personalidad.
Por fortuna para la especie humana, la religión y la psicología han conservado incólume la verdadera concepción del hombre y de su capacidad individual de triunfar sobre sí mismo y sobre el medio. Los psicólogos saben que en la mayoría de los hombres existe en potencia la confianza en sí mismos. Es menester aceptar la verdad psicológica de que nuestro éxito y nuestro fracaso dependen intrínsecamente de la filosofía de la vida que abracemos. Una filosofía derrotista tendrá por consecuencia ineluctable el fracaso, aun de los individuos favorecidos por las más excelsas dotes naturales. Una filosofía que tenga el triunfo por principio cardinal y suprema directiva, nos infundirá la determinación de sacar el mayor partido posible de nuestras capacidades, y obrará milagros hasta en aquellos que no posean cualidades sobresalientes.
Un célebre astrónomo le decía una vez a un amigo. Para el astrónomo, el hombre no es más que un puntito infinitamente pequeño en el vasto concierto de los mundos. Ah! contestó el amigo pero el hombre sigue siendo el astrónomo. La respuesta viene a ilustrar por modo elocuente una gran verdad: la que el individuo es y será siempre el único cimiento sobre el que