362 APUNTES ces para resolver los problemas de la producción industrial y del intercambio comercial! Francia e Inglaterra confrontan así, para sus relaciones mutuas en lo humano y en lo mercantil, serias y graves dificultades. Cómo, pues, semejante estado de cosas no ha de empeorar cuando se trata de pueblos o naciones que se han puesto bajo su mando y vigilancia. Lo que veo, al anotar esto, es que el mundo de la realidad social y política en el cual ya estoy viajando, no es ya más que un mundo de guerras: guerras económicas y guerras militares: guerras de tarifas y guerras de dominio: guerra. guerra.
guerra.
No es, pues, que yo vaya apartándome mucho del propósito de este diario, mientras voy escribiendo sobre todas estas cosas, que son las que voy encontrando a mi paso, apenas he salido de mi aislamiento, oteándolas desde París.
Mis reflexiones van obedeciendo así a mis primeras e inmediatas reacciones, a medida que voy desplazándome de mi interior hacia el mundo sensible en el cual, como lo digo, ya estoy viajando. torno en seguida a preguntarme, por esta misma reflexión o reacción, en el dialogismo incesante de mi pensamiento, cuál va a ser, en esa situación, la consciencia, el alma, el espíritu, la personalidad, el carácter que el hombre está adquiriendo en semejante mundo. Pero ya creo haberlo sugerido: bien distante de la