360 APUNTES en la vieja brutalidad del militarismo imperialístico! Por esa vuelta que deja estupefacto al que la considera, se llega a esta conclusión: que ya no se quiere que cada hombre llegue a ser un Sócrates, un Platón o un Aristóteles, prototipos que ejemplificaron al hombre como fin, en sí, sino un Alejandro, un César, un Napoleón, antitipos que ejemplificaron al hombre como medio. Pero no serán ciertamente ni los Alejandros ni los Césares, ni los demás jovenzuelos atrabiliarios y viciosos que, por un azar de circunstancias que afortunadamente ocurre raras veces, han guerreado y matado, conquistado y pillado, los que podrán hacer algo positivo y duradero por el bien de la existencia. lo poco que aún se ha logrado de verdadera historia, está ahí para demostrarlo.
Pero noto, al llegar a este punto, que todas estas consideraciones generales me alejan del propósito más concreto que me he señalado para este diario. No las he podido evitar, porque la reflexión que es mi primera reacción ante la realidad social y política en la cual me estoy moviendo ya, me las da inevitablemente para explicarme las dificultades que he tenido que vencer para obtener los visados, vuelvo a ello, de Inglaterra para Palestina, de Francia para Siria. En efecto, basta considerar todo cuanto así y hasta aquí he considerado, para comprender la razón de dichas dificultades. Has