326 APUNTES y las revoluciones no las hacen los soldados de pensamiento y corazón.
Mis primeros pasos en la vida los dí a la sombra de un viejo tío que con una emoción indecible me enseñó a conocer el lugar de Francia en el mapa y su lugar en la historia. Al hablarme de cualquiera de las cosas que llaman la atención de un niño: la fotografía, el cine, el vapor, los aeroplanos, la electricidad, siempre me explicaba la parte que había tenido Francia en el invento. Los primeros cuadros que ví, los primeros mármoles, la primera música que escuché, todo era de Francia, aquí tan lejos de Francia. Los nombres de sus sabios, de sus artistas, de sus generales y de sus hombres de Estado en el momento de la «gran guerra. me eran familiares, a una edad en que por lo regular no conoce un niño ni siquiera los nombres de sus vecinos. Oí hablar tánto de Francia y con tánto cariño, que el recuerdo de sus bellezas y de sus glorias quedó ligado al recuerdo de mi infancia. Asi llegué a los 21 años, y pudiendo escoger nacionalidad, escogí la francesa y fui a prestar el debido servicio militar. Salve, patria de origen y de adopción!
GUILLERMO PINAUD JIMÉNEZ Muerto trágicamente en Carolina Norte, un año después de escrito este artículo