A PUNTES 313 que reclaman como propiedad indiscutible los sabios del otro lado del Rhin. Es, esencialmente, el estudio de las influencias que sobre las transformaciones químicas ejercen los agentes físicos y los cambios de estado físico, presión, temperatura, disolución (de las sales y de los gases. vaporización. No hay alemanes en el origen de esta ciencia. El iniciador principal es SAINTE CLAIRE DEVILLE con sus trabajos sobre la disociación química y los de sus discípulos DEBRAY, Troost, HAUTEFEUILLE, GERNEZ. Los franceses MOUTIER PESLIN aplicaron luego a la disociación química los teoremas de la termodinámica, abriendo así la vía en que fueron pronto seguidos por el americano Villard GIBBS y el alemán HORSTMANN. Lo que no pertenece a los franceses (entre los cuales debe recordarse bien a RAOULT y LE CHATELIER) toca a los holandeses VAN DER WAALS, BAKHUIS ROOSEBOOM y, sobre todo, VAN HOOFF, quienes, con el sueco ARRHENIUS, han sido los verdaderos maestros en la fase contemporánea del desarrollo de la mecánica química. Sin duda, un buen lugar en la lista de los sabios dedicados a estos estudios corresponde a los alemanes TAMMANN, BREDIG y SIGMUNDY; pero lo que ha permitido a Alemania sacar para ella el provecho y el honor de esta obra múltiple en la cual los más bellos trabajos no son alemanes ha sido el hecho de no haber sido publicados estos trabajos, durante mucho tiempo, sino en el Zeitschrift fur physikalische Chemie, fundado por Otswald y Van Hooff en Leipzig, en 1885. aquí palpamos en lo vivo una de las consecuencias del desarrollo que Alemania ha sabido dar a la industria del libro y de los periódicos.
Sigamos, el cuadro será siempre el mismo: de un lado los iniciadores, rara vez alemanes; del otro lado la bandada de trabajadores que se precipita por la