APUNTES 285 de necesidades físicas, intelectuales y morales, que en clases diferentes son sentidas con más o menos fuerza, y a las cuales un número de individuos más o menos grande, según los casos, permanece insensible, elegir la necesidad más urgente es tarea que no pueden llevar a cabo las fuerzas del legislador.
No hay hombre, no hay asamblea de hombres que, en la inspección de la sociedad, pueda ver lo que ésta necesita; es menester dejar que la sociedad sienta aquello de que tiene necesidad. la experiencia, no a la teoría, se ha de pedir esa solución. Dejad que los ciudadanos experimenten, dia tras día, males y disgustos de diversas suertes, y con los que sufren más o menos; poco a poco nacerán en ellos repugnancias proporcionadas a los que sufran, y, por último, según toda probabilidad, el primero que se suprima de todos los males será el peor.
Pero lo que de ahí resulte será una marcha de cosas irregularísimas. Sí, las costumbres, los prejuicios de los hombres, producirán muchas extrañezas, aparentes al menos; pero es preferible fiar en este método, a confiar en la inteligencia del legislador.
Caso de dudar de esto, pruebas no faltan en favor de lo dicho. Y, para hacer la comparación más concluyente, vamos a tomar un caso en que el Gobierno se halla por completo en disposición de decidir, conforme se cree: se trata de nuestros medios de comunicación.
Cuando se dice que los caminos de hierro hubieran sido mejor trazados, mejor construidos por el Gobierno. quiérese pretender que el Gobierno habría observado el orden de importancia relativa mejor que lo han hecho los particulares?
Fue por responder a las exigencias de un tráfico