APUNTES 239 ratificó don Guillermo Vélez Escobar, sobrino del aludido autor. No sólo a Julio Flores le han adjudicado estos versos, sino a Rojas Garrido, a Jorge Pombo, a Gutiérrez González y a mil más.
Ello fue que cuando Vicente Antonio Escobar Isaza contaba unos dieciséis años, allá por el de 1874, era alumno de no recuerdo qué colegio de segunda enseñanza en Medellín, y una vez, por un disgusto cualquiera, se lió a puñetazos, durante el recreo, con su condiscípulo Pedro Nel Ospina, y quizá con justicia o quizá porque éste era hijo del doctor Mariano Ospina Rodríguez, a Escobar, para castigarlo, lo metieron en el llamado «cuarto de los mapas. Pedro Nel, que fue siempre un hidalgo, y sabía que Escobar no tenía familia en Medellín, le llevó, por la noche, panes, dulces y fiambres, para que no pasara hambre su amigo de siempre y enemigo de pocos minutos.
Al día siguiente, cuando abrieron el cuarto de los mapas, le preguntaron al penado sus condiscípulos. Cómo pasaste la noche. Así contestó Escobar. señalando los tableros o encerados en donde estaban escritos con tiza los siguientes versos, que todos se apresuraron a copiar; que han rodado y ruedan, más o menos alterados, por escuelas y colegios, y que ignoro si serán exactos en todos sus detalles, porque cito de memoria: