214 APUNTES de. natural, no basta conocer los defectos del uno; a la vez se han de considerar los méritos del otro, que son muchos e importantes.
En primer lugar, toda empresa de particulares depende estrechamente de la necesidad que la suscitara; y, allí donde no hay necesidad, le es por completo imposible subsistir. diario se fundan nuevos comercios; nuevas compañías. Si responden a una necesidad del público, echan raíces y prosperan. De lo contrario, mueren de inacción. Ocúrreles lo que a todo lo que se halla organizado por la naturaleza: si no tienen función, ningún alimento reciben, y perecen.
Además de que los nuevos establecimientos desaparecen si son superfluos, los antiguos también dejan de existir cuando su tarea ha terminado. Muy diferentes de los instrumentos creados por la ley, muy distintos del colegio de los Heraldos, que se mantienen en una época en que el blasón no tiene valor; muy distintos de los colegios eclesiásticos, todavía florecientes, aun cuando desde hace algunas generaciones se hayan tornado abominables para todos, los instrumentos creados por los particulares se destruyen cuando dejan de ser necesarios. Un sistema muy extendido de coches públicos desaparece en cuanto un sistema de poder superior comienza a existir. No sólo desaparece y no atrae más capitales, sino que los elementos que comprendía son puestos en libertad y utilizados de nuevo: cocheros, cobradores, etc. todo es empleado en otra parte; y no continúan durante veinte años cargando al público con sus personas, cual lo harían, con sus compensaciones, los empleados de un departamento de la administración recientemente abolida.
Considérese también hasta qué punto es inevitable que las instituciones libres se acomoden a su