APUNTES 205 más bien que el mérito. Cabellos canos, o bien un título, son cosas preferibles al talento para ascender en la marina. Más aún, el hombre que vale no tarda en notar que, en los puestos oficiales, la superioridad es un obstáculo: sus jefes huyen como de la peste de sus planes de mejora y siéntense heridos por ellos como por una crítica indirecta.
Así, pues, la máquina oficial no sólo es complicada, sino que por otra parte está hecha de materiales inferiores en calidad.
De ahí los embustes en que la pillamos a diario: arsenales a los que el dominio nacional envía maderas de construcción que no valen nada; la Comisión encargada de aliviar los males de la escasez, en Irlanda, que se las compone para arrancar el suelo a los labradores y disminuir en una cuarta parte la siguiente cosecha; tres oficinas distintas para archivar los privilegios, sin que ninguna de las tres posea un repertorio.
Doquiera estalla la misma necedad, desde la ventilación de la Cámara de los comunes, en donde se trabajó lo indecible para obtener un fiasco, hasta la publicación de la Gaceta de Londres, que invariablemente sale de las oficinas mal plegada.
Un nuevo carácter de la administración: es pródiga.
En los departamentos principales, el ejército, la marina, la Iglesia, emplea muchos más funcionarios de los que necesita, y paga sueldos locos a los más inútiles de ellos.
Los trabajos dirigidos por la Comisión de los alcantarillados vinieron a costar, según Hall, de 300 a 400 por 100 más de lo previsto, y los gastos de administración se elevaron a 35, 40 y 45 por ciento del gasto total.
Los guardianes del puerto de Ramsgate, puerto, dicho sea de paso, en cuya construcción se emplearon cien años. gastan 350. 000 francos anuales en lo que se podría hacer, esto se ha demostrado, por 125. 000.