194 APUNTES La justicia en la inteligencia viene a ser la justicia en el corazón.
Las escuelas que se proponen ante todo educar, pierden su tiempo. La instrucción, la asimilación de la verdad, la justicia en la inteligencia, es lo único que puede educar. EL QUE NO INSTRUYE NO EDUCA. Medítenlo bien los maestros.
La ambición malsana, madre de los desclaszficados, y fuente de desgracias para los individuos y para los pueblos, es el primer fruto de una educación mal dirigida, a base de superficialidad en la enseñanza.
Ciencia reducida, pero ciencia. Nociones sim.
ples, pero claras y seguras. No hay otro modo de enderezar las consciencias.
Consciencias rectas y espíritus prácticos es lo que con mayor urgencia reclama un pueblo. Espíritus prácticos, habituados al manejo de las ideas y armados de principios ciertos, para poder hacer faz a las necesidades del hogar y a las exigencias de las diversas profesiones usuales, que todas son hoy cosas de ciencia.
Los maestros hacen las escuelas. Lo otro, planes de estudios, programas, edificios, es cosa secundaria. Desgraciado el país cuyo régimen docente produce la eliminación gradual de los buenos maestros!