APUNTES 179 solo. Papá, no te sientes ahí, que corre viento. Míra, mamá, es mejor que no subas esa escalera. Quizá sea un poco tarde para papá. Temo que esto le haga daño a papá.
No dudo yo que estas frases dirigidas a personas a menudo llenas aún de vitalidad y de energía sean dictadas por el amor filial; no obstante, pido que se reflexione un poco sobre la influencia que ejercen en una persona que ha pasado los 50 años esas continuas e impertinentes advertencias que no tienen otro resultado que el de estar recordándole que ya no es joven.
Se dice y yo lo creo firmemente que la despreocupación respecto a los años es uno de los principales factores para la longevidad y que viven más las personas que no se sienten a cada paso obligadas a hacer el balance de lo vivido y de lo que les queda aún de existencia en esta tierra. Realmente, debe de ser así.
Los médicos de Inglaterra comprobaron hace algunos años que una joven, que había perdido la razón a los 23 años, continuó siempre creyéndose en la misma edad, esperando todos los días a su novio, para lo cual se acicalaba como una jovencita. Esta persona pasó de los 70 años conservando su aspecto juvenil. Tenía las facciones frescas, los ojos vivos y brillantes, y era difícil creer que eso fuera posible. En este caso la imaginación no actuaba sobre el sistema ner