APUNTES 173 Ese fue el error de Roosevelt y ha fracasado evidentemente; y eso él que disponía de infinitos recursos y de muchos miles de millones de dólares.
El resultado está a la vista. Tiene entrampado al tesoro americano en una fantástica deuda proveniente de los sucesivos déficits registrados durante su administración. Además, esas crisis no se conjuran recargando los gastos del Gobierno, que a su vez necesitará más impuestos y le sustraerá capital a la iniciativa privada para invertirlo, como les dije, en obras no reproductivas. que cuando lo son, como las carreteras, es a muy largo plazo. Nó, la solución la llamada liberal, la de una libertad económica irrestricta, absoluta.
No quisimos dar nuestro brazo a torcer y a nuestro turno argumentámos: Tie. Usted confia demasiado le dijimos en la iniciativa privada. Pero creemos que aquí no se justifica esa presunción en favor de nuestros hombres de capital y de empresa. Lo prueban los grandes capitales que permanecen congelados en las cajas de los bancos.
No hay en nuestros ricos un deseo de invertir y producir, sino que prefieren tener seguro e improductivo su dinero antes que exponerlo en negocios que signifiquen algún riesgo.
El señor Soley Güell dió inmediata respuesta. se justifica que esos capitalistas mantengan en una actitud de legítima defensa sus haberes. Sus capitales permanecen ociosos no por gusto de ellos sino porque el intervencionismo del Estado en los negocios particulares nulifica toda iniciativa privada, pues en el mismo momento en que usted comienza a trabajar con su empresa, se ve abrumado de impuestos, ya nacionales, ya municipales, y su esfuerzo queda en cero. bien, cuando ya usted ha logrado superar los obstáculos que se le oponían, viene el Estado, le dicta