154 APUNTES Amamos siempre a quienes nos admiran y no amamos siempre a los que admiramos.
Los humores del cuerpo tienen un curso ordinario y regulado que mueve y cambia imperceptiblemente nuestra voluntad; circulan juntos y ejercen sucesivamente un imperio secreto en nosotros, de modo que una parte considerable de nuestras acciones depende de ellos, sin que nosotros lo sepamos.
La esperanza, por mentirosa que sea, sirve al menos para llevarnos hasta el fin de la vida por un camino agradable.
20 Los grandes espíritus dicen muchas cosas en pocas palabras. Los pequeños, al contrario, hablan mucho y no dicen nada, Hay malos que serían menos peligrosos si no tuvieran ningún lado bueno.