A PUNTES 145 Serán incalculables.
Cuando se piensa en ese maravilloso ordenamiento del cuerpo social, en esa dependencia mutua que las necesidades ponen entre sus miembros, en la influencia que cada uno de ellos recibe de sus semejantes, no sólo para su salvación y su prosperidad, sino para su salud, su temperamento, su cultura, se comprende que no es posible tocar una de las partes de ese cuerpo sin que todas experimenten una repercusión imposible de prever.
Ponéis una contribución al papel, y reparáis que sin querer habéis aumentado el precio de la seda, en gran proporción talvez, porque, para tejer la seda, se usa cierta clase de cartón. Se suprime el impuesto sobre los ladrillos, y se descubre que acrecentaba los peligros en la explotación de las minas, porque no se guarnecían los pozos ni se sostenían los trabajos por medio de bóvedas. Con el impuesto sobre el jabón, lo que habéis venido a hacer es aumentar el empleo de los polvos para el lavado, que son cáusticos, y sin pensar habéis ocasionado un despilfarro enorme de ropa blanca.
Mirando con cierta atención, ni un caso hay en que no se pueda ver que, tocando a tal ob.
jeto elegido, se toca a muchos otros, y que de tal modo prodúcense cambios que se dejarán sentir, con más o menos fuerza, en todas direcciones.