APUNTES 139 cultura, la industria y el comercio a su prosperidad presente y hoy los empuja en la misma vía con creciente rapidez. tota Desconfíese, pues, de la iniciativa privada.
Por otra parte, el Estado desempeña su papel de protector de manera que arruina a unos, desorienta a otros, hace retroceder atemorizados a los que más necesitan su ayuda; su método para organizar la defensa del país es tan extravagante, y a la vez tan ineficaz, que a diario se oyen quejas, reproches, bromas; por último, como intendente de la nación y de una parte de nuestro vasto dominio público, saca, por todo producto, sólo déficit.
Fiese, pues, en el Estado. Despréciese al siervo útil y fiel, y asciéndase luégo al siervo que no sirve para nada; de un talento, súbasele a diez.
Seriamente, no cabe dudar que el caso no es el mismo bajo diversos aspectos; pero esta consideración no resulta en favor del Estado.
Porque la función nueva que se trata de confiar no es del mismo género que la antigua: es más complicada.
El gobierno cumple ya mal sus deberes naturales. Pues bien, más mal aún cumpliría talvez los otros. Proteger a los ciudadanos contra toda agresión, venga de una nación o de un individuo, es una tarea bastante sencilla: trazado está el camino; pero regular, de un modo indi