APUNTES 131 importancia. Allí la necesidad de decidir no es absoluta y, por el contrario, la dificultad que habría en decidir inmediatamente sería muy grave.
Mientras nos plazca podemos estar diciendo que prevemos con claridad los efectos de cierta medida; la experiencia de los hombres y el razonamiento que dejamos apuntado no nos enseñan menos que nuestras previsiones tienen muchas probabilidades de ser falsas.
Lo prudente sería, pues, preguntarnos con frecuencia si no sería lo preferible no hacer nada. Para continuar con la crítica de su propio espíritu, nuestro hombre prudente podría razonar de este modo. En mis asuntos privados, una vez conocidos todos los elementos de la cuestión, con frecuencia he hecho falsos cálculos. cuánto más expuesto no estoy a hacerlos en los asuntos políticos, en los cuales los elementos, por su número, su dispersión, su complejidad, su oscuridad, sobrepujan la inteligencia? Aquí se ve, de una manera indudable, tal mal, y allí tal olvido, que hacen sufrir a la sociedad; y si yo estuviera seguro de que mi acción no habría de ser perjudicial, me impondría la curación del uno y la reparación del otro. Pero me acuerdo de todos los planes que formara para mí propio y de su mal resultado: las especulaciones que no me dieron provecho, los empleados cuya falta de honradez descubrí, el matrimonio que tan mal me saliera, los parien