130 APUNTES cide en la disputa elué importa qué no he de ser yo de los que se engañan. No es, hasta cierto punto, una locura tener fe en sí mismo? Cuando paseo una mirada a mi alrededor, en el pasado, veo naciones, sectas, filósofos, que se han aficionado en ciencia, en moral, en política, en religión, a creencias que nosotros rechazamos ahora por razones decisivas. Sin embargo, las naciones, las sectas, los filósofos, abandonáronse a ellas con una fe no menos viva que la nuestra, más fuerte talvez, si se ha de juzgar por su intolerancia en pues, la energía de la convicción que yo tengo de estar en la verdad? Los hombres de todos los países han encontrado en el fondo de sí mismos una garantía semejante para sus opiniones; y, en nueve casos por cada diez, se ha comprobado que esta garantía era ilusoria. primera vista, estas reflexiones parecen no tener ninguna aplicación práctica; mas, en el fondo, pueden y deben ejercer su influencia sobre nuestros actos más importantes.
Es indudable que, en la vida cotidiana, de.
bemos obrar según nuestras inducciones, por poco dignas de confianza que ellas sean; es indudable que, en nuestra casa, en nuestro gabinete, en la calle, a cada momento se ofrecen ocasiones en que vacilar no está permitido; es indudable que la duda teórica sobre el valor de nuestros juicios debe quedar sin efecto en nuestra vida privada; mas, en nuestra conducta pública, debemos darle