APUNTES 195 Ya el obcecado hermano ota el arma revolvió contra tu pecho, el y en el confín postrero colombiano ad te brinda hidalgo hispano, Dictato si patria te faltó, su honrado techo. ese asilo postrero, del piélago mezclándose al bramido o al lejano clamor del marinero, oh ¿qué acento lastimero piv fúnebre vuela a golpear tu oído. Qué asolación augura tu voz doliente que en los aires gira?
De negra ingratitud víctima pura, en hórrida espesura, jcielos. el Héroe de Ayacucho expira.
En tan solemnes días, por la orilla del mar, los pasos lentos, y cruzados los brazos cual solías, hondas melancolías exhalabas a veces en lamentos.
Ora pasara un ave, ya hender vieses el líquido elemento sin dejar rastro en él, velera nave, murmurabas. Quién sabe si aré en la mar y edifiqué en el viento. En sordos aquilones oías como lúgubres señales. Si caerán sobre mí las maldiciones de cien generaciones. Ay, desgraciado autor de tantos males.