108 APUNTES El vértigo de la música Un cuadro bastante malo, cuya intencion era inteligente y curiosa, evocaba en un «salon reciente, celebrado en el Campo de Marte, el «promenoir» de los conciertos Lamoureux. se vende en todas partes la fotografía de un cuadro hábil de un italiano, que representa un taller, donde, en el crepúsculo, unos pintores y sus queridas están oyendo a dos amigos que tocan la Sonata a Kreutzer. Ambas obras carecen de interés y de fuerza, pero ¡cuántas veces me han hecho pensar con pena en las cosas admirables que los pintores de verdadera valía debieran hacer sobre esos asuntos. Cómo Carrière, por ejemplo, no nos dió una obra maestra de esta clase? Cierto que no faltan fisonomistas capaces de contarnos incisivamente el drama que la sinfonía provoca en los rostros. Mas, a lo que parece, los pintores son raras veces melómanos; por lo menos, en los cuadros, bastante numerosos, donde se agrupan los seres alrededor de un piano, no aparece la música por ninguna parte. Algunos retratos y un interior, eso es todo; pero el ángel está ausente, a menos que un pintor ramplón lo represente de verdad, vestido de blanco, en una nube, con una lira y dos alas.
Dijérase que los pintores son incapaces de expresar la emoción musical por el dibujo de las