APUNTES 103 la vida; pero todos se distinguían por la corrección de su conducta y la cultura de su mente.
De cada uno de ellos aprendió algo valioso; pero quedó particularmente más obligado respecto a dos que estaban en condiciones de vida inferiores a las de los demás: un relojero, excelente mecánico y mediano matemático, y quien sabía bien construir y usar los instrumentos em.
pleados en la «filosofía experimental. y un joven droguista, con buenos conocimientos de química, el cual le ocupaba con frecuencia en operaciones y experimentos químicos. Ambos tenían modales agradables, y se gozaban en comunicar su saber a quien mostrara gusto por tales estudios. Esos buenos ejemplos le preservaron de los errores de la juventud, y pudo pasar el tiempo de la misma satisfecho y con crédito. Tuvo la desgracia, como Federico, y precisamente cuando iba a comenzar su carrera, de perder a su padre, de quien dependía principalmente la manutención de la familia; mas en tan duro trance encontró un recurso eficaz en la fuerza de voluntad que había probado y los conocimientos que había adquirido. Uno de sus jóvenes amigos le propuso que se asociara con él en una fábrica que acababa de fundar con gasto considerable, exigiéndole en cambio solamente su trabajo y el ejercicio de sus talentos. Enrique aceptó la oferta e hizo tan buen uso de sus conocimientos en mecánica y química, que pudo introducir mu